En la semana previa a las vacaciones de Semana Santa celebramos en nuestro colegio la semana cultural.
De entre los Workshops que podían escoger los alumnos de tercero y cuarto, tenían la opción de disfrutar de una combinación de actividad física, con grandes dosis de diversión y aderezada con un toque de aventura, que resultó ser una gran experiencia.
El planteamiento de la actividad tenía como objetivo fundamental abrir los ojos de los alumnos ante todas las posibilidades de practicar diferentes modalidades o diversas actividades recreativas y deportivas.
El primer día nos centramos en descubrir todos los espacios, equipamientos y materiales con los que contaba nuestro colegio para la práctica deportiva.
La mañana la dedicamos a probar diferentes deportes individuales, a modo de pequeña olimpiada. Empezamos con lanzamientos de frisbee y fitball, pasando a realizar un cross que transcurría por todos los patios del colegio y terminando en saltos de altura y longitud sobre colchonetas. Tras el almuerzo nos dedicamos a trabajar escalada en nuestro rocódromo y terminamos con un juego de lanzamientos de precisión en la portería.
Por la tarde, en cambio cobraron protagonismo los deportes colectivos. Los alumnos tuvieron la posibilidad de jugar en equipo a mazabol, hockey sala, colpbol y futbol sala.
En la segunda jornada nos adentramos en nuestra ciudad en busca de las actividades deportivas que nos pudiera ofrecer. Por la mañana pusimos rumbo al centro deportivo Kikotraining, para conocer unas instalaciones únicas en la ciudad y que los jóvenes entrenaran de manera lúdica y diferente. Por la tarde, en cambio, decidimos buscar otro tipo de actividades al aire libre aunque también dentro del medio urbano. Por lo que la aventura nos llevó al circuito biosaludable que se encuentra junto al cauce del río Serpis para descubrir las posibilidades que tenían de entrenar y divertirse y además sin tener que alquilar ningún espacio.
Por último, la guinda la pusimos el tercer día, en el que el deporte y la aventura nos estaba esperando en nuestro medio natural. Por lo que emprendimos una ruta partiendo desde el colegio hacia el barrio de Batoi para dirigirnos a la Vía Verde y tomando un desvío que nos llevaría hasta una senda que terminaba en el Racó Sant Bonaventura. En esta zona de descanso, además de disfrutar del paraje que nos rodeaba aprivechamos para coger fuerzas antes del gran reto del día. Porque la siguiente parada sería la Ruta dels Canalons. Aquí los niños pudieron atravesar un paso de escalada con cadenas en la roca, que disfrutaron muchísimo. Tras superar este reto de manera satisfactoria, volvimos al Racó para comer y hacer el último descanso, puesto que por la tarde nos dirigimos a la senda que transita junto al río Polop para emprender el camino de vuelta al colegio. No sin antes refrescarnos en la Font del Quinzet para regresar a la urbe. Esta aventura final, sin duda la recodarán con gran alegría, puesto que la satisfacción de haber completado la ruta se palpaba en sus caras.
Tres días de grandes emociones, compartidos con grandes jóvenes personas y que ya son un recuerdo imborrable.
Vídeo: https://youtu.be/A4fp8gMt3ug
