Buscamos un espacio en el que podamos acostarnos todos en el suelo y en el que podamos escuchar música.
Escuchamos una música tranquila para relajarnos y poder atender todo lo que pasa en nuestro cuerpo. Es muy importante el silencio, para respetar a los que están relajados escuchando la música.
Hacemos un mural con la siluetade un cuerpo humano dibujado. Vamos preguntando a los niños: ¿en qué parte del cuerpo han notado alguna sensación?, ¿era agradable?, ¿qué tipo de sensación era?
Usamos un termómetro, para autoevaluar la capacidad de estar en silencio.
Concluimos que las sensaciones que sentimos en el cuerpo nos sirven para conocernos mejor, para saber qué nos pasa.