Todos los niños se acuestan en el suelo. Intentamos que se relajen y les pedimos que atiendan a su respiración. Les decimos que coloquen una mano sobre su barriga y la otra sobre el pecho: que noten cómo suben el pecho y la barriga cuando llenamos los pulmones de aire y cómo bajan cuando lo expulsamos. Dedicamos un rato a explorarnos. Practicamos la respiración lenta y profunda.
Después los hacemos correr y saltar un rato observando que la respiración y los latidos del corazón ahora van más rápidos.
Finalmente comparamos los dos tipos de respiración utilizando un diagrama de Venn.